El deporte es un medio donde podemos observar muy bien muchas facetas y caretas con las que juega el ego.
En una competición o durante los entrenamientos, por ejemplo, en un deporte de equipo, el ego de cada jugador puede aparecer y entrar en juego si no se es consciente de él o se tiene un bajo nivel de atención sobre éste.
Entrar en un juego en el que se prioriza la búsqueda de la individualidad, el destacar por encima del resto, incluidos los propios compañeros, siendo lo más importante para él, sobresalir, acaparar miradas y minutos y saciarse vorazmente, a costa de cualquier cosa, excluyendo incluso el compañerismo, la unión, el respeto y educación.
Un ego que se puede fortalecer en acciones individuales exitosas, reprochando los fallos y errores de los compañeros o calentándose hasta llegar a una irritación, ira, rabia, frustración... confrontándose a cualquier compañero, frase o comentario.
Busca sobresalir y con ello, podemos llegar a olvidarnos de aspectos y valores como los del compañerismo, la unión y el trabajo en equipo. Y es que, para esto, es necesario disponer de una consciencia más elevada, que permita respirar y gestionar esos impulsos que salen de él (ego), pensar y sentir que el grupo está por encima del éxito individual y que es más poderoso que la acción y la guerra por cuenta propia.
Para mi el compañerismo significa compartir, buscar el apoyo y ayuda del otro, aportando cada uno sus habilidades y reforzándonos en las debilidades. Estar ahí para aplaudir, para animar, para enseñar o transmitir aquello que sentimos que puede contribuir con el desarrollo y crecimiento de esa persona. Es unión. Es todos a una. Es grupo.
Poner a ese grupo por encima del individuo, contribuyendo a algo mayor que uno mismo, siendo fundamental el respeto y la educación para el correcto y buen funcionamiento.
Siento que vivimos un momento crucial en el que tomar conciencia de nuestros egos, y del ego de los demás.
Analizarlos y observarlos, dándonos cuenta de hacía donde nos dirigen, para poner acciones que nos ayuden a acercarnos hacia una consciencia mayor que nos permita empoderarnos, sacar y expresar nuestra versión más elevada basada (para mí) en valores más elevados de nuestra esencia y nuestro ser (como por ejemplo: grupo, unión, contribución, amor, respeto,...).
Y para ello, el deporte es un gran aliado y maestro, ya que nos ayuda a trabajar y desarrollar esa transformación, llevándola además, a las diversas áreas de nuestra vida.
¿Has sido consciente alguna vez de cómo juega tu ego?
¿Estás dispuestx a dar un salto en tu camino y crecer como persona?
¿Te gustaría cambiar esa serie de aspectos que ves en ti que brotan de manera automática, desde ese ego, para ir hacia una versión mejor de ti?
Deja tu comentario y compartiremos sobre ello.
Te leo.
Feliz lunes.
Un abrazo.
Andrés López.