Somos levedad, como dice el gran Manolo García.
Y es que, cuando tomas perspectiva y te ves como un ínfimo punto en este vasto mundo, comienzas a sentir la grandeza de lo que nos rodea, la grandeza de la vida, la grandeza de lo que somos, la grandeza de dónde venimos y de dónde estamos.
Puede que nuestra mente no sea capaz de abrazar esa idea, ni la entienda, ni la comprenda.
Pero dentro de nosotros hay algo que sabe. Algo que conecta. Algo que siente y que ve con unos ojos distintos a los del cuerpo y te hace sentir lleno, pleno, en calma, en la más pura paz del universo.
Pero amigo, hermano, ahí aparece el juego.
Ese juego en el que olvidas todo esto, y te ves luchando, guerreando contigo mismo y contra el mundo.
Por pequeñeces, por cosas absurdas. Por miedo. Por ego. Un ego que busca no dejarte ver. No dejarte Ser.
Pero ese mundo también tiene sus grietas. Grietas por donde la luz del Ser brota con fuerza y lleno de vida.
Llamándote.
Buscando captar de nuevo tu atención para que recuerdes el Ser grandioso que eres.
Y ahí estoy yo. Ahí me siento.
Observando a mi ego.
Escuchando cada vez más la voz de mi Ser y dejándome guiar por ella.
Porque lo que va en el corazón tiene que ser sentido por el alma.
Y porque para transcender, hay que Ser.
Vive.
Te deseo un feliz y hermoso día.
Un grandísimo abrazo 🤗
Andrés López.
Pd: sube a una montaña, siéntate, respira y abraza la grandeza del lugar.
Pd1: foto desde el pico de los frailes, un lugar especial y de amor para mi.