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Abandoné el Deporte!!

Si. Tal cuál. De un día para otro decidí dejar de hacer deporte.


Deporte y cualquier tipo de ejercicio físico. Lo único que hacía era mi actividad del día a día y como mucho, algún paseo de baja intensidad por la ciudad o por el campo.


Resulta sorprendente, y más cuando viene de una persona inquieta y que siempre ha metido en sus días y en sus semanas algo de ejercicio.


Así chocó en todo mi entorno: "¿No te has bajado la bici este verano?" "¿Enserio no te animas a hacer nada?" "¿Pero qué te está pasando?"


La verdad que hasta para mi fue sorprendente. Llegué incluso a vender bastante material deportivo que tenía. Bicicletas, de montaña y carretera. Palas de pádel. Zapatillas...


Pero algo pasó por mi cabeza en ese momento.


Ocurrió en esa fase en la que siento, pase de hacer y hacer, a comenzar a conectar con el ser. ¿Qué quiero decir con esto? Que parece que cuando no tenemos nada que hacer, nos aburrimos y tenemos que buscar alguna actividad o entretenimiento para llenar ese tiempo "vacío". Y yo lo llenaba en gran parte de deporte y actividad.


Y en ese momento, decidí parar todo. Parar toda esa maquinaría de hacer y comenzar a conectar con la tranquilidad y la calma del momento presente desde una perspectiva nueva.


Sé que un tiempo así puede ser contraproducente en lo que se refiere a salud física. Un año sin hacer nada! Bajada de la masa muscular. Pérdida de la capacidad aeróbica y anaeróbica...

Pero la verdad, que fue una etapa que agradezco mucho, porque descubrí y comencé a practicar la meditación. La plena presencia y la contemplación. A sentir mi cuerpo a un nivel mucho mayor a cómo lo había sentido. A aquietar mi mente con otro tipo de trabajo, entrando en ella y en las emociones y dándoles un espacio de atención plena y conciencia que nunca antes había descubierto.


Y además. Pude re aprender lo que es para mi el estar en movimiento. Apreciarlo desde un punto de vista nuevo. Darle un valor mucho mayor y un sentido más profundo.


Fue mi manera de hacerlo y de verdad, estoy muy agradecido de esa decisión.


Tras esto, se movieron mis ganas de volver a jugar a baloncesto. Y volví. Tras 10 años sin jugar, comencé de nuevo una bonita etapa de juego y aprendizaje. Y volvió el correr, el nadar, el jugar a pádel o el senderismo.


Volvió a activarse de nuevo toda esa parte que habita en mi, de una manera gradual y con sentido claro.


A veces son ciclos que debemos sentir y escuchar, permitir darnos esos espacios y escuchar a nuestro cuerpo y a nuestra alma cuando nos hablan, porque tienen mucho para contarnos.


Y porque cada paso del camino cobra sentido cuando lo das y lo alineas con otros que ya has ido dando (y con los que darás), y para mi, esa etapa de "parada", conexión y unión me abrió las puertas de un mundo sorprendente.


Fue mi manera de sentir algo más profundo, abrir mi mente y mi corazón a un nivel más amplio. Cada uno tendrá su forma, su situación. Para mi ésa etapa fue de un valor increíble.


Buscar equilibrio - balance en la vida y ser tú plenamente.


Feliz día.

Un abrazo.

Andrés López.



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